" Pueden matar a un hombre, pero nunca a sus ideales" ... Luis Carlos Galán, Ernesto el CHE Guevara.

sábado, 7 de junio de 2008


BI




“BI”
Por: Daniel Bacca.

“Las luces del comedor estaban a media hasta, era de esos swiches con los que se puede graduar la intensidad de la luz. Estábamos de pie, yo la veía y ella me veía, era una escena única, aunque no hablábamos en mi interior tenía claro que ese era el momento, por fin estaba empezando a conocer el verdadero amor. Poco a poco nos acercamos y dentro de mí nacía un arco iris de sentimientos, dejé que todo fluyera y antes que pudiera notarlo, había renacido, me había dado mi primer beso”.

Fulana de Tal tenía un vestido amarillo, uñas de color azul eléctrico y el pelo corto. Su edad es irrelevante, pero podía oscilar entre unos 19 a 22 años. Estábamos en la terraza de un café tomando un capuchino, intentaba acomodarse de la misma forma que un noctámbulo se mueve en la cama intentando conciliar el sueño, al final decidió subir los pies a la silla logrando calmar sus movimientos.

“Dos cigarros por favor, que sean marlboro” le pedió a un vendedor ambulante que pasaba cerca de la mesa. Algo temerosa, decidió tomar impulso y hundirle play a su lengua para que desahogara su vida en el transcurso de la conversación.


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Al hablar con su madre, la señora de Tal, la define como una mujer inteligente, linda y supremamente fuerte, aparte de eso, no proporciona más información, la intuyo algo sigilosa a la hora de dar un concepto de su “niña”. En alguna entrevista pasada Fulana me confesó no haber sido una mujer agradecida con su madre, más aún en la difícil época de la adolescencia: “recuerdo la vez que me compró un jean Diesel, costaba $300.000 y ella en ese momento no tenía esa plata. Le grité de una forma tan despectiva dentro del almacén que hizo hasta lo imposible para comprármelo”. En sus palabras se notaba el desgano de una guerra pérdida, luego de un largo suspiro puntualiza diciendo: “Yo en esta vida he sido una hp”.

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Su ex es una persona estructurada y trabajadora, ahora mantiene una relación estable con otra persona pero recuerda a escondidas a Fulana. En pocas palabras la define como la mujer que le enseñó la belleza de caminar por las noches, fue en su vida el erotismo más no la genitalidad, fue una chispa de ingenuidad, fue en su vida el color y todo sus matices.

Para Fulana su ex fue su todo, “fue como un tren que me pasó por encima sin darme cuanta en que momento”. Después de la relación, asegura haber empezado un proceso de maduración, aunque antes había tenido varías relaciones esta si la había llenado por completo. “Ya llevo algún tiempo de haber terminado, desde ese momento he empezado a conocerme más en procura de llenar todos los vacíos que me dejó su ausencia”.


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Era interesante ver como relajaba aunque no por completo los músculos de su cuerpo. Los tragos de café y las inaladas de Marlboro hacían que se aflojara y hablara con más confianza. “No me gusta el alcohol de amucho, a lo que le estoy jalando ahora es a la marihuana, y la verdad si me gusta full”.

Jugaba con el segundo cigarro posándolo a veces en sus dedos y a veces en su boca pero sin encenderlo, con una seña pedía otro capuchino, me pregunta si quería otro y antes que contestara me interrumpe y empieza a hablar de su “primera traba”.

Ella estaba con varios amigos, todos eran “abiertamente coletos”, por su parte la curiosidad la acechaba y se prometió que de esa noche no pasaba. Esa traba ella la divide en dos etapas. En la primera todos sus juicios de valor, todos sus miedos y todas las voces de su cabeza fueron abatidas por un torbellino de euforia. De fondo se escuchaba la agrupación “
The Red Hot Chili Peppers”, al comienzo su sensibilidad se agudizó haciendo que la música retumbara con más talante en su cabeza. Cada uno se sintió como uno de los integrantes de la banda, Fulana era la baterista, otro el bajista, otro el guitarrista y así, luego intercambiaban de instrumento. En la segunda etapa el incesante torbellino se convirtió en un sereno soplido lleno de serenidad, era la calma después de la tempestad, un relax absoluto invadía su cuerpo creándole un estado de supremo bienestar.

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Ahora enciende el trajinado cigarro y dice: “yo sería feliz estudiando a la mujer. Para mi es el ser mas perfecto y esplendido de la creación”.

Fulana asegura haber durado horas y horas dedicada solamente a observar a su ex cuando estaban las dos pasando una tarde juntas. En su conversar explica su pensamiento acerca del amor, para ella, el amor no tiene genitales, es puro, va más allá del sexo. Ha tenido relaciones sentimentales con un “él” y con una “ella”, no descarta ninguno de los dos géneros, pero asegura que con una “ellas” conoció el verdadero amor.

La entrevista se convirtió por ratos en una amena conversación, hasta que recordaba en momentos que no estaba hablando con un amigo si no con un periodista. Después de un silencio no muy largo comentó: “Que una mujer tenga la capacidad de engendrar vida, me lleva a admirarlas, a sentirme orgullosa de ser una”, y si es así –pregunté- ¿cómo te pintas en 15 años; con hijos? “Sí, es mi mayor anhelo, tener hijos” y si es así como piensas hacerlo, “no sé, pero si llego a tenerlos y vivo con una mujer le buscaré una figura masculina, es fundamental”, ¿Por qué lo dices? “Porque yo no tuve un papá en la casa y creo que eso me hizo mucha falta”, ¿Podrías pensar qué tu inclinación gay puede haber engendrado sus bases en esa ausencia? “sí de eso tengo la plena seguridad”.


Fulana detesta que por que es bisexual la tilden de promiscua o “chica facil”, “mucha gente se acerca a mi creyendo que puede lograr sobrepasarse conmigo por mi condición gay. La gente tiene que aprender a diferenciar”.

Para ella ser gay es una característica, no un defecto, esto en Colombia es lago difícil de entender. Este país que se declara a viva voz democrático, apenas el incurrir en actos homosexuales dejó de ser algo prohibido desde que entró en vigencia el Decreto 100 en 1980. Este tema en el papel pinta muy interesantes, por ejemplo la constitución del 1991 incluye el derecho a la igualdad, el principio constitucional del pluralismo y el derecho al libre desarrollo de la personalidad pero solo hasta el 11 de octubre del 2006 se votó en el senado un proyecto de ley sobre el reconocimiento de los
derechos patrimoniales a las parejas del mismo sexo. Lo cierto es que luego de esta ley en el país se le ha cedido un poco más de espacio a esta parte de la población colombiana ojala que la tolerancia en las calles también valla en aumento.


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Una amiga de Fulana me comentó que es una mujer con la que se puede hablar horas y horas y siempre se pasa muy agradable. Ella es una mujer heterosexual que asegura que lo que la hace tan buena amiga es que con ella se pueden hablar de temas que con otras mujeres no se pueden. “Su forma de mirar la vida es distinta, siempre observa las situaciones desde distintos puntos de vista”.

Fulana piensa que por alguna extraña razón ella se quedó en la etapa del “por qué”, esa a la que se enfrentan los niños en determinado lapso de la infancia. “Todo lo pregunto, si mis amigas o amigos me vienen a contar algo de sus vidas yo siempre les pregunto, por qué hiciste eso, por que pensaste aquello, porque dijiste eso. Creo que gracias a eso he logrado ayudar a muchos de mis amigos y en oportunidades a mi misma me ha servido para entender el enjambre de situaciones que rodean mi vida”.

Se tomó el último sorbo del segundo capuchino, era jueves, el comienzo del fin de semana así que mientras conversábamos su teléfono celular no dejaba de sonar, permanentemente la llamaba gente para invitarla a salir. Di por terminada la entrevista y la mujer de uñas escandalosas se despedía asegurando que sabía cosas que ni sus más cercanos amigos sospechaban.


sábado, 19 de abril de 2008



-EL CHE DE LA 38-
El legado de un revolucionario…
"El Che es un icono universal porque reunía todas las cualidades del héroe clásico, como Ícaro o Dios: su disposición al sacrificio por sus ideales, la austeridad, la voluntad de cambiar el mundo...",
Jon Lee Anderson.
Por: Daniel Bacca
“…en 1951 el CHE realizó una jornada mucho más larga, acompañado por un amigo visitó el sur de Argentina, también Chile donde conoció a Salvador Allende, Perú, donde trabajó por algunas semanas en el hospital de lepra de San Pablo, Venezuela, Miami y Colombia en la época de La Violencia, donde fue arrestado pero pronto liberado…” En este preciso momento Pedro tenía 24 años, estaba en Cúcuta trabajando en un parque de diversiones llamado “La Gran Diversión”. Manejaba una maquina que la apodaban “La Ola Marina”, consistía en subir a los tripulantes en un aparato que los llevaba a unos 10 o 12 metros de altura, desde ahí se podía ver gran parte de la ciudad, era un momento sublime, para los tripulantes era lo más perecido a volar. Luego de un segundo de contemplación, un infierno de espeluznantes gritos nacían causados por los torrentes de adrenalina liberados en el momento que se quedaba a merced de la implacable gravedad. Esta era conocida como una de las principales atracciones del lugar, Pedro gozaba de ser el único que sabia maniobrarla por esto su jefe un mezquino y arrogante hombre lo trataba con respeto.

Una tarde los niños allanaban el sitio con su particular bullicio, suspendido en el aire se acomodaban notas musicales entremezcladas con los estremecedores gritos de las personas que caían al vacío en “La Ola Marina”. Pedro se tomaba un descanso, observaba el sitio y recordaba que de niño también había disfrutado de este mismo parque en Barranquilla, la ciudad que lo vio nacer. Perdido en sus recuerdos de infancia una voz lo obligó a dejar de revolotear en su memoria y volver a la realidad de sus 24 años. Era un hombre de apariencia foránea, lo saludó y le entabló una desinteresada conversación carente de profundidad, expresamente para hacer más llevadero el rato. Al pasar los minutos los temas eran de mayor envergadura, Pedro, no tardó en reconocer que estaba hablando con un hombre extremadamente brillante. El extranjero le contó que era medico, se dedicaba a viajar por el continente ejerciendo su carrera. Luego de superar el campo laboral compartieron el repudio que sentían por el capitalismo y el imperio “Yankee”, plantearon ideologías socialistas para salir de la interminable guerra en la que se encontraba sumergida el país, al final de la entretenida conversación ya habían pasado 2 horas, el hombre se despidió y Pedro aprovechó para preguntarle su nombre a lo que contestó: “Ernesto, Ernesto Guevara, un placer haber conversado con vos”.

"Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario." Ernesto el CHE Guevara.

Pasado algunos meses el dueño del parque prometía pagar los domingos pero nunca lo hacia escudándose en la siguiente frase:”si lo quieren es matarme pues mátenme porque no tengo plata con que pagarles”. Pedro no le preocupaba de amucho la actitud del jefe, decidió tomar cartas en el asunto. Se hizo amigo de un joven que siempre estaba buscando como ganarse unos pesos en la feria y le dijo que como él era el encargado de la atracción principal, no iba a romper la mitad de las boletas si no que se las iba a dar para que las vendiera y luego se partieran por mitades.

Luego de un tiempo, notó que esa no era una solución, se aburrió de ver como explotaban a los demás trabajadores, la gran mayoría analfabetas traídos de los pueblos más abandonados por el estado. Un domingo enceguecido por el cólera le gritó al jefe: “coja esa rula, ahora si, o nos paga o aquí se muere uno de los dos”, el señor al ver que hablaba en serio caminada torpemente hacia atrás cada vez más rápido, mientras huía prometió ir a buscar plata pero no regresó, dejó el parque, a los trabajadores y a su mujer con cuatro hijos sin con que sostenerse.

Varios meses pasaron, Pedro se hizo cargo del parque y las ganancias las dividía por partes iguales con los trabajadores, también hacia partícipe a la mujer del desaparecido dueño. Un día llegó un hermano del señor con camiones diciendo que se iba a llevar las atracciones, Pedro se apresuró a contarle a todos para hacer una algarabía que se oyera en todas partes, logrando su objetivo con tal eficacia que al poco tiempo llegaron las autoridades y al ver la situación no sabían que hacer. Luego de escuchar ambas partes tomaron una decisión poco ortodoxa pero eficaz, llevarse al hermano del dueño a la cárcel para obligar a que el responsable apareciera. Al cuarto día llegó el prófugo gritando ahogado por las lagrimas” no lo vuelvo hacer perdónenme”, pero ya los trabajadores no eran tan ignorantes, Pedro les había enseñado que tenían derechos y ellos estaban dispuestos a hacerlos cumplir. EL ahora revolucionario Pedro tomó la vocería y dijo:”tiene hasta enero para pagarnos, mientras nosotros nos quedamos con”La Ola Marina”, si no vuelve la vendemos y repartimos la ganancia, así que usted verá si vuelva a huir”.

Seguían compartiendo en partes iguales lo producido, pasó enero y no llegaba, decidieron darle hasta febrero pero el dueño nunca volvió, así que vendieron la atracción más cotizada y con esa plata Pedro se regresó a Barranquilla a buscar empleo.
En este transcurso de tiempo, el CHE Guevara se hacia famoso, y al ver por primera vez una de sus fotos en la prensa no dudó que del subversivo que se hablaba era la misma persona con quien había sostenido esa amena conversación aquella tarde en el parque.

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Estoy en la carrera 38 con 43, a una cuadra de “La Zona Cachacal” uno de los sectores más peligrosos de la ciudad, la gran mayoría de los barranquilleros mueren sin haber pasado por esta zona, para unos es un simple rumor en el mapa imaginario que tienen de la ciudad, para otros simplemente no existe. La calle donde me encuentro es llamada popularmente como “la transversal de los coletos”, porque todos pasan por aquí en algún momento del día, sea para buscar su “cambuche” unas cuadras mas abajo o para conseguir vicio unas cuadras más arriba. Son las 11 de la mañana y llevo ya varias horas hablando con “el che de la 38” en un carro de madera estacionado en el andén. Es un satélite para las miradas de los transeúntes, está forrado con imágenes del verdadero CHE que se mezclan con imágenes suyas donde sale, por ejemplo disfrazado de militar en el carnaval. También hay enmarcados distintos reportajes de periodistas de la talla de Ernesto McCausland acerca de él y su admiración por el icónico revolucionario. Hace varios años decidió que toda su ropa debía tener la imagen de este revolucionario, por ejemplo hoy la camisa negra que tiene puesta dice: “victoria o muerte” debajo de la imagen del argentino. Su cabeza es cubierta por una boina negra con una estrella dorada en todo el medio (en ninguna foto sale sin ella, ni siquiera cuando está disfrazado), en ambos brazos tiene un brazaletes con pullas metálicas con dos estampas, la del CHE y la de la virgen del Carmen. En la mano izquierda, tiene un reloj que en el talco se distingue la imagen del CHE entre el minutero y el segundero.

Mientras apuñala la suela de un zapato con una aguja gruesa y reluciente, habla con tranquilidad, respira con sabiduría, no es apasionado en su conversar, pausadamente expresa sus ideas con claridad. “Aprendí a arreglar zapatos los días en que me iba mal vendiendo frutas en el mercado, me iba para donde un zapatero que estaba cerca de donde yo me ponía y ahí, pegando suelas aprendí el oficio. Sabe, estudié para ser técnico automotriz en el SENA pero que va, en “La Zona Cachacal” trabajé una vez y no me pagaron casi nada, así que al dueño del negocio le rompí el billete en la cara y le dije que respetara, ¡no volví más!. También estudié 10 semestres de ciencias sociales en la Universidad del Atlántico pero por falta de plata hermano no pude terminar, así que me quedé siendo zapatero, en este puesto llevo 38 años y aquí me va bien”. Tiene tres hijos, un hombre de 22 y dos mujeres de 30 y 32, apunta de remendar zapatos ajenos les pagó la educación.
Pasa el tiempo y no puedo dejar de ver su negocio, están las páginas de un periódico que anuncia la muerte del CHE. También tiene otro reloj pero este era de pared, se encuentra incrustado en la algarabía de imágenes. El taburete en donde pasa sentado la mayor parte del día está pegado a una puerta corrediza metálica de color azul que le sirve de espaldar, esta a su vez es la pared en donde cuelga un cuadro con la imagen más popular de su revolucionado ídolo.


"La revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella." Ernesto el CHE Guevara.
Qué tanto sabe la gente el CHE, quién sabe que se graduó de medicina y se especializó en dermatología (por lo tanto no era ningún analfabeta con ínfulas de redentor), o que el punto de giro de su vida lo dio al conocer a Fidel y a Raúl Castro en Méjico en una reunión con miras a la revolución Cubana. Quién sabe que su primer gran maestro revolucionario fue el Capitán del Ejercito Español Republicano Alberto Bayo. Quién sabe que el pensamiento de Mao Tse-tung lo incorporó a su cóctel revolucionario gracias a que Bayo le enseñó parte de la cultura oriental. Ahora; aterrizándolo a algo tangible y cotidiano, qué influencia tubo este cóctel en la revolución Latino Americana. Cuántas de las personas que portan al CHE en una camiseta saben realmente qué hizo y cómo lo hizo. Creo que si se hace una decantación el che de la 38 es de los pocos que saldrían victoriosos. “Los que se auto nombran revolucionarios en la actualidad son puros bandidos, no siguen ninguna ideología de igualdad, solo les interesa el dinero sin importar a cuanta gente maten” Afirma un dejo de rabia sin perder la tranquilidad de en su conversar.

Desde el encuentro habían pasado varias décadas, siguió toda su carrera revolucionaria en Guatemala, Cuba, África, Bolivia y en cualquier rincón donde el CHE era noticia. No existe libro del CHE que no haya pasado por las manos de este hombre, habla con propiedad y asegura haber vivido como él, siguiendo su filosofía. Ha sido revolucionario al frenar injusticias como las del parque de diversiones, cuando estuvo en Venezuela también se le enfrentó a un distribuidor de helados que explotaba a sus vendedores, como estas tiene mil anécdotas más que cuenta sin interrumpir sus labores.

"Donde quiera que la muerte nos sorprenda, será bien recibida mientras nuestro grito de guerra sea escuchado" Ernesto el CHE Guevara.

¿Cómo le gustaría morir? “como lo hizo el CHE, defendiendo mis ideales, muriendo por una causa. Si no me pasó nada las 6 veces que atracaron el Banco de Colombia que quedaba detrás de mi negocio era por que no me tocaba, pero cuando ese día llegue estaré preparado y tranquilo por haber vivido cumpliendo y respetando mis ideales. El CHE vivió bajo estas 4 virtudes: honestidad, rectitud, ética y moral. Mientras enfoques tu vida a cumplir estos parámetros te irá bien, yo por eso los respeto y moriré cumpliéndolos”.

Ya terminaba de remendar el tercer par de zapatos, se encontraba dándole unos brochazos, para quitarles el polvo y coger otros. El día para el che de la 38 apenas comienza, tiene una hilera como si fuera una cerca que lo separa de toda la gente que lo saluda con el mayor respeto posible como si fuera una celebre autoridad; “Hola don che”.

Soy consiente que para la gente del lugar soy una presa apetitosa, cargo una cámara por la cual podrían pagar una interesante suma, por eso no es extraño ver la intención en las caras de las de los que pasan el antojo de atracarme, pero se resisten por que estoy con el más respetado del sector, aquí los mismos policías han desalojado a todos los vendedores ambulantes menos a él. Muchos le regalan las boinas de sus uniformes y él las tiñe de negro para poder usarlas. Mientras habla los transeúntes frenan su afán diario y oyen lo que el sabio che criollo: “Cada vez que a mi alguien me dicen CHE Guevara, me siento feliz porque pienso que es un homenaje que se le hace, así logró que no lo olviden”.

La tarde llegó y por seguridad decido terminar la conversación, me despido y prometo volver a seguir conversando. Antes recuerdo no haberle preguntado su nombre a lo que contestó: “Pedro, Pedro Antonio Vergara, un placer haber conversado contigo”.

domingo, 2 de marzo de 2008

EL PUERTO SEGÚN JAIRO





Por: Daniel Bacca.

02/2008


Eran las 11:45 de la mañana cuando vi a Jairo, por el retrovisor observaba como perseguía mi vehículo haciéndome señas con un trapo rojo para llamar mi atención, decidí frenar y escuchar su propuesta pues no había más meseros atendiendo en la playa. “Buenas, a cómo esta el pescado amigo” le pregunté, evadiendo la pregunta pero con una inmutable convicción responde: “baratico patrón, a usted le doy un precio especial”. Desde que llegué a la playa lo vi sentado en un tronco donde yacía solitario meditando en su mundo interno, pero apenas escuchó el rugir del motor se levanto de un brinco y me persiguió varios metros como un león hambriento persiguiendo a un presa. La playa permanecía solitaria, nada mas hacíamos parte del panorama Jairo, el mar con su agresiva brisa, unas cuantas chozas y yo en mi pequeño automotor.




Si supiera que no vengo a consumir si no a hacer una crónica, seguro se le borra la amabilidad del rostro y lamentaría haberse levantado del tronco, así que decidí seguir camuflado como un prospecto de cliente: “Aja pero la noticia que salió en la prensa, diciendo que acá en Puerto Colombia estaba prohibido bañarse en el mar al igual que comer pescado porque las aguas residuales del pueblo estaban desembocando aquí ¿no los ha afectado?”, Jairo sigue respondiendo con una seguridad absoluta “No señor, para nada. Siga, siga, acá se le atiende bien esto es un lugar limpio”, al final deja escapar una sonrisa nerviosa que me hace conocer el solitario diente que aún habita en su boca, por ese pequeño gesto, mis dudas sobre la veracidad de sus declaraciones crecen.



Ya me encontraba instalado, luego de presentarnos formalmente tenía que ser sincero, así que le dije que tomara asiento y me acompañara con una cerveza. “Patrón ayer me inyecté una jeringa de Ibuprofeno pa`l dolor muscular ¿eso no me hace daño si tomo?”, “no Jairo tranquilo si te puedes tomar la cervecita”, me contestó con una corta carcajada y fue por el pedido. Cuando llegó le explique el motivo de mi visita “Jairo, la verdad no vengo a almorzar, si no a hablar contigo” su rostro cambió pero no de la forma que yo esperaba, tomo un sorbo de la botella (todavía titubeando por no saber si le podría hacer daño) y sin ningún aparente disgusto me pregunta: “¿Y eso patrón, de qué?”.



Jairo era un hombre tranquilo, sonriente y servicial, le agradaba hablar y estaba a gusto conversando conmigo. Su rostro era más real pero a la vez menos feliz. A modo de introducción me hizo partícipe de una breve biografía suya, tenía 38 años trabajando de mesero en las playas de Puerto Colombia, no siempre había trabajado en eso, antes había sido: picotero, cocinero, cantinero y cuidador de cuarto en Pradomar, hasta que un cuñado lo llamó para que fuera ayudante de mesero, él recogía las botellas y los platos; con el tiempo cogió experiencia hasta que se convirtió muy orgullosamente en el mesero más viejo de toda la playa, con este trabajo ha sacado a 7 hijos adelante como dice él: “4 por dentro y 3 por fuera (del matrimonio)”. Aunque le falte gran parte de la dentadura, se sigue viendo joven, es prácticamente imposible calcularle la edad, pero aún más lograr que él la confiese, su vanidad no se lo permite, solo dice: “si tengo 38 años de mesero, saque las cuentas”. Usa una pantaloneta que en sus tiempos mozos fue un jean, una gorra “Nike” azul “chimba” y una camiseta blanca transparentoza.





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“Bueno patrón aquí el asunto es el siguiente (en un tono sincero), si antes no venía casi gente después de la noticia de las aguas residuales no viene es nadie, ayer domingo me hice en todo el día $15000 y eso que ese es el día que mejor me fue. Unos amigos meseros en sabanilla ganaron $6000, eso no alcanza ni pa’ pagar el “fiao” de toda la semana en la tienda, hoy me tocó escondérmele al cachaco”. La tarde trascurría y los clientes seguían sin aparecer, Jairo sentía un efecto catárquico al desahogarse conmigo, tenía represado en su interior mucha rabia al afirmar que todo tiempo pasado fue mejor y empezó a explicarme el porque de la realidad de Puerto según él.




-LOS MOCHOS DE PUERTO SEGÚN JAIRO-



“Cuando era niño los pescados abundaban, el agua era menos oscura, no había que irse a lo hondo para pescar pero los pescadores espantaron a los peces con sus trasmayos, chinchorros y la peor de todas, la dinamita, o es que no te habías preguntado por qué había tanto mocho acá en Puerto hace algunos años. Ya no quedan casi, que yo conozca hay dos, el mocho Ochoa y el mocho Julio…”. La mecha de la dinamita era muy corta y antes de tirarla explotaba haciendo que la mano volara en mil pedazos dejando a los pescadores marcados de por vida con la señal de su imprudencia. Además de amputaciones, Jairo comenta que también merodeaban por el pueblo sordos, ciegos y locos por la misma situación.



Para evitar que la botella se cayera tumbada por la brisa, Jairo enterró la mitad en la arena. Cada vez que tomaba un lento sorbo (para hacer rendir su contenido) del embase se desprendían bloques de tierra que se habían quedado adheridos a la humedad del recipiente. Por un instante, mira al horizonte, señala mar adentro y dice: “Increíble, la mitad del pescado que se pescaba con dinamita se perdía, se destrozaban casi todos, otros quedaban “zombi locos” y se alejaban a morir por allá (mientras dice esto señala a la profundidad), por ese motivo ya los peces no volvieron a la orilla ellos no son bobos”.




La arena estaba espesa, la humedad que cargaba el viento la hacia más pastosa. El ambiente era agradable pero al recordar la contaminación del mar el sentimiento cambiaba y hacia que me sintiera un poco sucio. Las aves volaban por encima de nuestras cabezas, dos gallinazos descendieron para alimentarse de los restos de comida que tiraban de la caseta en donde trabajaba Jairo.





-“MAR DE MIERDA” SEGÚN JAIRO-



“Mira, con el barrio “Sal si Puedes” y otras invasiones más siempre ha pasado lo mismo, no tienen alcantarillado ni ningún servicio público, así que todos sus desperdicios van a parar al segundo arroyo que pasa por debajo del malecón y desemboca en el mar que se vuelve un mar de mierda. Yo no sé cual es la bulla si eso viene pasando desde hace muchos años. Ese que informó en la prensa tiene que preguntar bien antes de publicar una noticia o ¿es qué no es conciente que eso lo lee el mundo entero?, cómo va a decir que todas las playas hasta las de sabanilla están contaminadas, acaso no sabe que la corriente va en contra, yo por eso digo que este sector es limpio, porque el arroyo esta del lado de allá (señalando a su izquierda)”. Después de la noticia, todo el comercio que depende de las playas de Puerto Colombia se ha visto afectado, desde entonces los peces a muchos porteños y foráneos les producen asco y los bañistas son muy escasos, el único movimiento que tiene es el de la gente que va a caminar por las mañanas. Lo cual pude corroborar yo mismo porque desde que llegué únicamente pasó un vendedor de cócteles de camarón que como Jairo dijo se veía bastante “enhuesado” con la mercancía.



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-“YO SOY PORTEÑO A MUCHO HONOR”-



Por unos momentos miré a mí izquierda y alcancé a divisar a lo lejos el muelle que permanecía resistente ante el azote del viento. Le pegunté a Jairo que si era porteño y me contestó con mucho orgullo que sí, entonces le dije: “cuéntame la historia de tu municipio, la historia del puerto según tú”, por unos momentos su mirada se perdió en el techo de paja de la choza donde estábamos charlando, miraba hacia arriba como intentando rescatar en su cabeza algún recuerdo que le ayudara a contestar mi pregunta, pero no, el recuerdo era inexistente así que respondió de la siguiente forma: “No sé, lo único que sé es que desde que nací ese muelle esta ahí, yo no vi a ningún barco descargando, eso no me tocó” cambió el tema y tomó otro sorbo de la cerveza que le había rendido desde el comienzo de la charla. La respuesta me deja sin preguntas, era como haber recibido un golpe por la espalda, por unos segundos el que permanece en silencio ahora soy yo y pienso en que una de las situaciones que tiene sumergido a este municipio en una profunda depresión era el desconocimiento de sus raíces, si no se sabe de donde se viene difícilmente se sabe para dónde se va. Mientras pienso en estas palabras el me sigue hablando riéndose relajadamente mostrando orgulloso el único diente que aún sobrevive en su boca.



El Muelle de Puerto Colombia carga a sus espaldas una larga historia llena de glorias, abandono y ruinas. Fue construido por el ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros. El muelle fue el punto de llegada de un sin número de inmigrantes, también fue el principal puerto de comercio colombiano durante muchos años. Con sus 2 km de largo, fue el muelle más largo del mundo en su época de esplendor. Sin embargo, fue abandonado y dejado a la deriva luego de la construcción de los tajamares de Bocas de Ceniza. En el gobierno de Ernesto Samper fue nombrado como patrimonio histórico de Colombia, supuestamente esto lo iba a salvar de su inminente destrucción, pero es la hora y el muelle sigue muriendo agónicamente. El monumento al progreso se resiste a desmoronarse pero es realmente imposible evitar su desplome. La punta se cayó y solo quedan algunas vigas sin nada que sostener, la parte final del muelle está llena de huecos y tambaleando, de vez en cuando caen placas enteras de concreto al mar, el muelle se va despidiendo poco a poco, a finales de 2006 se derrumbó la casa de la Aduana que estaba en la parte final, lentamente se está hundiendo y parece que a nadie le trasnocha, si eso sucede ¿cómo llamaremos a este municipio?



Jairo le da el último sorbo a la cerveza exprimiéndole hasta la última gota, yo me despido y me dice: “vea jefe, si las cosas están como están es porque todo esto es del mar y él no tarda en venir a recuperar lo suyo, mire, antes uno veía una laguna acá grandísima, ya no existe, el mar se la tragó, antes las chozas era más de un centenar ahora hay unas cuantas que hay que desarmar cuando la marea crece. Gracias por la cerveza y vuelva cuando quiera” le doy una propina por su colaboración y veo en su mirada que es el único producido del día que casi termina.





Antes de irme decidí caminar un poco por el malecón. Miro hacia atrás y veo a Jairo otra vez sentado en el tronco abstraído de nuevo en sus pensamientos. La brisa apretujaba mi camiseta contra mi pecho, mi rostro se arrugaba mientras el viento lo abofeteaba. Luego de caminar un poco y escuchar el reventar de las olas divisé a lo lejos de nuevo al muelle, pienso en el símbolo que es para todos los barranquilleros, de ahí nació la famosa frase “Barranquilla puerta de oro de Colombia”. Este muelle a cuestas trae grandes logros pero a su vez la anestesia que hace creer a toda esta región que todavía vivimos en esas épocas doradas ignorando que en este momento si la “puerta de oro” fuera algo tangible estaría corroída por el oxido y el descuido. ¿Será qué la próxima vez que venga a caminar aquí miraré y miraré y no veré el muelle? ¿Qué pasará cuándo los nietos de Jairo crezcan y no tengan la oportunidad de ver el muelle como su abuelo? ¿Sí alguien como yo les pregunta cuál es la historia de su pueblo contestarán con un interminable silencio?

domingo, 9 de diciembre de 2007

"LA LUZ APAGA LA LLAMA"


Por: Daniel Bacca
11/07
No tiene más de 1.800 habitantes, está ubicado a las orillas del río Magdalena cerca de Mompóx Bolívar. Su nombre nació de boca en boca. Los pueblos vecinos veían que era el único que aunque estuviera situado en la ribera por una inexplicable razón nunca se inundaba cuando llegaba la creciente. Poco a poco se fue haciendo popular referirse a él como “Tierra Firme”, remplazando su anterior nombre “Santa Teresita”.

Solo existen dos apellidos Corrales y Jiménez, las dos familias que construyeron sus casas en ese sitio por primera vez, todos son primos o hermanos o por lo menos parientes en algún grado. No hay policías, ni alcaldes ni inspectores, la cárcel del pueblo está abandonada por falta de bandidos. Es un lugar tranquilo pero olvidado, solo subsiste en la mente de los nacidos en este pueblo. Se Vive en función del ñeque (un trago casero que se fabrica allá), la mayor aspiración de muchos habitantes es tener una pimpina llena de este licor para poder beber varios días hasta perder la conciencia, ese alucinógeno es la cura para los problemas de muchos tierrafirmeros.

A este perdido lugar llegué con dos objetivos, conocer al último tamborero del pueblo y escudriñar la problemática que existe entre dos generaciones. Según los abuelos, los jóvenes habían olvidado el valor del chandé “baile cantao” característico de este lugar, era la principal atracción de las fiestas decembrinas y en general se convertía en la excusa perfecta para compartir con los amigos un trago de ñeque en las oscuras noches cuando la electricidad no hacia parte de sus vidas, en ese momento, todo era solucionado con mechones mojados en gas que duraban la noche entera sin apagarse.

Antes en Tierra Firme se podía ser pescador, agricultor o profesor pero a la hora del baile todos tenían una ocupación distinta: bailadores, cantadores, tamboreros y maraqueros, el pueblo entero participaba, ahora al hablar con Lenin Alfonso Corrales un joven de 17 años dice que eso del baile cantao es para viejos, “lo que está de moda es ir a bailar a las verbenas, pick up, la champetica, eso del chandé ya pasó”.

Al poco tiempo de mi llegada al pueblo, me dedique a preguntar por la ubicación de la casa del último tamborero, el señor Lionso Corrales, un veterano pescador que había dedicado las noches de su juventud a deleitar con su tocar los oídos de los tierrafirmeros. Por suerte un habitante se ofreció a acompañarme a la casa pero al llegar Lionso no se encontraba. Hablé con su esposa Saturnina Jiménez, una dulce señora de poco tamaño como todas las mujeres que vi en el pueblo, me invitó a seguir y me ofreció un tinto, su hospitalidad hizo que me sintiera muy cómodo. Sin que yo le preguntara empezó a hablarme del chandé, me decía lo mucho que le hubiera gustado ser cantadora, pero la voz nunca le dio. En sus palabras notaba que admiraba a su esposo como a un ídolo, todo lo referente a él lo decía con mucho respeto. Me di cuenta que era de las casas del pueblo que se resitían a tener electricidad, se habían acostumbrado a vivir sin ella y ya en estos momentos de sus vidas no la sentían necesaria. La amena conversación iba aclarando muchos de mis interrogantes, así que le pregunte qué había pasado el día en que llegó la luz al pueblo y me contó que los habitantes de Tierra Firme salieron con piedras en las manos a pegarle a los mechones con que alumbraban las noches hasta ese glorioso día. Las calles se llenaron de ñeque, la gente celebraba el paso a la era eléctrica. Todo iba a ser más fácil, la televisión por fin llegaría y muchos de sus problemas serían solucionados “Vino la luz gritaba la gente, todos pensábamos que ni la más fuerte brisa podría apagarla. Esa noche como sí la naturaleza se hubiera encargado de recordarnos de donde veníamos, la luz se fue y quedamos sin un mechón con que alumbrar el pueblo”. En esa oportunidad se durmió a oscuras, el silencio se apodero del pueblo, y como lo dice la Señora Saturnina, “en las calles solo se sentía la bulla del viento, nadie se atrevió a salir esa noche, todos sentimos pena por nuestro comportamiento”.

El viejo Lionso llegó, era un hombre serio, mal encarado, de voz ronca pero autoritaria, extendió su mano y me saludo, con una expresión en su arrugada cara me pedía una explicación a mi presencia, le pregunté que si era él el último tamborero y a eso me respondió “lastimosamente si”, su semblante cambió lo sentí triste en su respuesta, luego de un espeso silencio me invitó a sentar y me dijo “ he intentado enseñarles a mis nietos como se toca el tambor así como mi abuelo me enseñó a mí, pero no se que pasa no suena igual, les hace falta sentir lo que tocan”.

Los intereses habían cambiado desde el mismo momento en que se encendió el primer bombillo en el pueblo, antes la gente se reunía a hablar en la plaza todas las noches, pero ahora los niños están en el parque, los grandes viendo televisión, cada uno coge por su lado y se les ha olvidado compartir en comunidad.

Ya tenía material suficiente para hacer mi reportaje pero se me ocurrió animar a el viejo Lionso a que hiciera esa noche un chandé como los de antes, la idea consistía en no decir nada, simplemente llamar a los integrantes el grupo que no habían fallecido aún y empezar a tocar sin decirle a más nadie, quería ver la reacción del pueblo al verse de frente con sus raíces.

Con el arribo de la noche, la gente fue llegando al lugar como presintiendo que ocurriría algo, sin que nadie diera instrucciones las personas hicieron la ronda en torno a el señor Lionso y los demás músicos. Los amigos conversaban, el ñeque fue apareciendo, los abrazos eran comunes hasta que el viejo Lionso en medio de la plaza manda a callar a la multitud con El primera golpe que le da a su tambor. Los jóvenes nunca habían visto a ese veterano pescador casca rabias tocar ese instrumento, sabían la leyenda de el último tamborero pero nunca pensaron que tan majestuoso galardón recayera en esa persona. La cantadora Antonia, una pequeña mujer de arrugas profundas, pelo grueso de color veteado que solo en las puntas guardaba el negro de su juventud. En ese el momento, toma una bocanada de aire como si se fuera a sumergir en el agua, espera la entrada del tambor del viejo Lionso y empieza a cantar llenado con su tonada los rincones del pequeño pueblo, los que no fueron al chandé ya saben que empezó la fiesta, la voz de Antonia llega donde el tambor no puede.

Dando cátedra de buen ritmo el viejo Lionso hace un entremés de lo que será el espectáculo, las palmas tardías empiezan a ponerse de acuerdo haciendo un sonido constante que acompaña al tamborero. El veterano pescador serio concentrado en su tambor lo mueve mientras dándole vueltas logra conseguir la posición propicia enterrándolo en la arena. Ahora para alimentar la admiración que sienten los espectadores, aprieta el tambor con los tobillos levantándolo levemente haciendo que surjan diversos sonidos que le aportan al chandé un esplendido sabor. Las maracas empiezan acompañadas del tambor segundario, todo entra en escena en orden de importancia.

El cuero del tambor suelta en cada vibrar el grito melancólico de libertad de un esclavo, con cada retumbar a los presentes nos recuerda nuestras raíces indígenas, hace brillar la mancha indeleble que tenemos en el corazón todas las personas que hemos nacido en el caribe colombiano. Mi piel se erizó logrando que mis bellos se levantaran uno tras otro como haciéndole venia a tan majestuoso momento. No sé si era por la adrenalina que mi cuerpo liberaba, pero me encontraba en un estado de alucinación. En ese instante todo era como antes, las luces de todo el pueblo estaban apagadas y sólo alumbraban los incondicionales mechones.

En ese momento entendí la situación que había creado la llegada de la electricidad a ese pequeño pueblo, no pude evitar llevarlo a las grandes ciudades, qué hubiera sido de nosotros si todavía fuéramos seres rurales, seguro no hubiéramos adquirido el anhelado progreso, pero, quién dijo que el progreso es el camino a la felicidad. Esa noche los viejos tomaron el lugar que les correspondía, así intentaran negarlo los jóvenes del pueblo miraban con respeto las arrugadas manos del viejo Lionso, admiraban la potencia de la voz de Antonia y el sentimiento que brotaba de aquellas bellas melodías.

sábado, 8 de diciembre de 2007

LA TRILOGÍA DEL BESO (lagrimas, Licor y sudor)





Por: Daniel Bacca.
12/2007


"El agua fuente primaria de vida… Embriaguémonos con ella, sintámosla caer sobre nuestras cabezas, sumerjamos nuestras penas, mojémonos los pies, y tú... ¿Hace cuánto no te bañas en un aguacero?"


MUJER DE LÁGRIMAS GRANDES

Hoy mientras llovía veía desde mi ventana como pequeñas gotas de agua maduraban hasta volverse grandes unidades que se desparramaban al estrellarse en con el pavimento. El día que te vi llorar paso lo mismo, aunque el cielo era azul la tormenta se encontraba en tu interior. Poco a poco esas unidades de agua salada fueron saliendo de tus brillantes ojos, primero tímidas intentando pasar desapercibidas, pensaste que no lo notaba pero desde que tu mirada se empezaba a humedecer intuí la profundidad de tu tristeza. Con los minutos, grandes y fuertes lagrimones descendían por tus pómulos que se veían diminutos ante tal torrente de agua. Tu cara dibujaba el trayecto desde tus lagrimales hasta perderse en tu pecho. El sol se reflejaba en esos caminos forjados por tú dolor, yo los observaba, solo se me ocurrió darte un abrazo y aunque por mi cabeza pasó darte un beso sentí que no era el momento adecuado, así que calme mi intenciones y aguanté mis impulsos.

Tus lágrimas me enternecieron, el porqué de tu llanto pasó en mi mente a un segundo plano, me interesaba saber qué tenía de especial, estaba conmovido y no soy un hombre de corazón débil, seguía viendo ese triste momento y pensaba que esa imagen de tus lágrimas descendiendo por tus pómulos nunca se me iba a olvidar. Por primera vez en mi vida compartí un dolor ajeno, no se si el aire que expulsabas de tus pulmones estaba infectado de desdicha pero lentamente me fui contagiando de ese cruel sentimiento hasta que lo sentí mío.

MUJER ENTRE LIMONES, TRAGOS Y HORMONAS (Beso Fallido)

Cada pista para mi era un dictamen a seguir. ¿A qué horas dejaste de creer en las palabras de los hombres? -Te pregunté- Miraba tus ojos y observaba el reflejo de tu recuerdo paseándose por tu adolescencia. Serví una copa de tequila y la azoté contra la mesa como si fuera una ficha de dominó. Cogiste la mitad de un limón, lo tupiste de sal, te tomaste el trago y sin pensarlo dos veces mordiste el limón sin remordimiento alguno dejando solo lo verde de la cáscara. Mi boca secretó saliva solo de ver la escena, nunca respondiste a mi pregunta, como siempre solo contestas lo que quieres.

Del José Cuervo quedaban tres dedos y el sol amenazaba con salir, la conversación seguía intrigante, tenía las hormonas a mil pero sabía que contigo había que ser sigiloso. Para mí era claro que el mapa que me llevaría a tu intimidad era tu lenguaje corporal, no daba un solo paso sin consultarlo con tus movimientos. Siempre incrustaste tu tímida pero penetrante mirada en mis ojos, nunca perdiste el contacto visual con ellos, parpadeabas lentamente, confiada, los dos éramos concientes que tu dirigías la conversación. De pronto algo entre los dos hizo “clic”, las barreras cayeron y sentí estar viviendo la oportunidad que soñaba, estaba cada vez más cerca de ti, solo los primeros rayos se colaban por la ventana, eran los únicos testigos de ese majestuoso momento, cada vez hablábamos más lento y con menos volumen, te pregunté -¿Porqué te acercas si no crees en mis palabras?- y como de costumbre no quisiste contestar. Sentí como tu aliento golpeaba con el mío, los dos respirábamos por la boca, busque tu mano que me había sido esquiva toda la noche, me acerque y segundos antes del contacto dejaste escapar una pequeña sonrisa, diste un suspiro desalentador te despediste y antes que pudiera notarlo te habías marchado, por minutos permanecí inmóvil, solo pensaba en lo cerca que estuve de sentir los rezagos del limón que reposaba en tu boca.




MUJER DE NARIZ SUDADA.

Los vidrios empañados en el auto nos hacían un gran favor. Ya eran las 11:47 p.m. y nos encontrábamos en el silencio de ese instante, Jugaba con tu pelo solo rozándolo levemente con la yema de mis dedos, no quería lastimarte ni con uno solo de mis movimientos. Aunque las palabras se agotaron, el amor apenas germinaba y cada vez se hacia más vigoroso. Estaba contigo, la mujer que cuando llora hace lágrimas grandes, esa que cuando tomaba incrustaba su mirada en mis ojos, la misma que en ese momento era mía en mis sueños pero ajena cuando despertaba. De banda sonora Soda, “trátame suavemente” último concierto, el silencio solo era apabullado por el poco volumen de la radio, todavía no hablábamos pero sí nos comunicábamos, recordé que de niño creía en las palabras invisibles de los ojos, ese día descubrí que quien juraba no creer en la telepatía era porque nunca se había enamorado.


La canción terminó al igual que el CD, el silencio retornó y en la atmósfera se anunciaba la pronta llegada de nuestros sudores. Bajé mi mano lentamente hasta soltar por completo tu pelo, me dirigí a tus pómulos y recordé el recorrido de tus lágrimas, lo dibujé con mis dedos hasta llegar a la abertura de tu pecho, ahí me frené esperando autorización pero cuando me la diste con una de tus tímidas miradas, recordé que más que sentir la pasión de tus senos quería sentir el amor de tus labios, así que mi mano regresó a tus mejillas y lentamente te induje a mi boca con una suave pero constante velocidad, nuestras narices se tocaron y en ese lugar esa mujer a la que nunca había visto transpirar en mis sueños tenía pequeñas gotas de sudor que brotaban de sus poros, los palpe con mi piel y me acerque a tus labios hasta que mi lengua saboreo tu paladar, me refugie en ti y aunque tus lagrimas de sal no estaban presentes las sentía en mi garganta como si poco a poco de nuevo empezara a compartir tus sentimientos.

REFLEXIONES EN UNA CAGADA…



Por: Daniel Bacca
12/2007.

Hoy mientras cagaba un destello de luz se a robado mi atención, la forma como entraba a mi pequeño baño que esta forrado en baldocines amarillos le daba un toque mágico al asunto. Por un momento quedé en una especie de trance que solo se vive cuando uno caga. Como idiotizado veía las motas de polvo que inundaban el aire entrante por la ventana, casi podía sentir cuando se introducían en mis pulmones. Mi mente estaba en blanco, o bueno eso creía, a mí cabeza vino un pensamiento precipitado, fue como el impacto de un transeúnte con una tractomula sin frenos, recordé que era 16 de septiembre
-¡Hoy cumple Tomy, mi primo del alma! –.


Como pasa el tiempo, no hace nada yo esperaba que llegara con ansias el mes de diciembre para que viniera junto con su familia desde Bogotá a pasar las festividades de fin de año. Épocas aquellas, quién pensaría que una maldita visa nos separaría, pero eso sí, el gobierno puede matarme pero no callar mis ideales, puede separarme de cuerpo de los seres que quiero pero nunca de alma, eso fue lo que paso con nosotros, que vaina jodida no nos damos abrazos pero las voces de nuestras almas se comunican a diario y a esas ni el tío Sam con sus ejércitos de influencias puede callarlas.


Mientras sigo descargando el asunto, mi mente sigue haciendo memoria
– ¡Ya pasaron 6 años!-, como pasa el tiempo yo tenía 14 añitos, todavía fiesta de adolescentes, nuestros primeros acercamientos al sexo opuesto, épocas aquellas, los primíparos traguitos que le robamos al abuelo con ayuda de mi hermano, jaja definitivamente épocas aquellas. La nostalgia invade mi pecho y una fría lágrima sale de mi ojo izquierdo calentada poco a poco por el húmedo ambiente del baño, no puedo evitar que se me escape otra y en ese momento mi saliva empieza a secretar cada vez más un sabor a melancolía que me recuerda las imágenes de esos tiempos como hologramas que se desvanecen en el aire.


En la memoria de mi olfato está impregnado el olor con que se perfumaba mi cuarto cuando él y su familia se alojaban en él en época decembrina, solo es que lo recuerde y en seguida mi piel se eriza, se me revuelven los sentimientos: dolor porque no están, amor por que estuvieron, me huele a familia, a felicidad, a diciembre, a aguinaldos, a niño Dios y a mierda porque estoy en el baño… Hujeputa huele a los mejores años de mi vida…


Recapitulando bueno fue el viaje a Bogotá cuando él vivía en la calle 100 en ese conjunto residencial como de mil apartamentos. Teníamos todo lo que necesitábamos para ser felices, amigos, un balón de fútbol y una cancha para jugar. El frío azotaba mi débil piel caribeña que parecía un anjeo por donde el frío se colaba a su antojo, tanto que me reía del desespero que le producía el calor de la costa y ahora estaba pagando con creces mi burla. Lo provinciano me salía a relucir con mis cachetes que parecían tomates de supermercado, mis labios partidos me hacían ver con una boca desproporcionada que generaba inevitables comentarios en la gente que me veía pasar. En ese viaje la gripa me asecho hasta que toque el piso del Ernesto Cortizos, recuerdo sentir como mi piel recuperaba su textura normal, los pulmones de inmediato empezaron trabajar en su 100%, sentía como si Barranquilla se riera de mí “Tu afuera de mi territorio eres como pez fuera del agua, jajaja”. Que buenos tiempos insisto, todo era mas fácil, no teníamos mucha plata pero teníamos a una familia unida, no éramos los más conocidos entre la gente pero para que más gente si él y yo éramos suficientes, peleábamos por bobadas como todo primo, aunque por cierto tu siempre me pegabas a mí y me mandabas a berrear como una nena, no joda eras un gordo hp jaja… que vaina, a ahora lloro más por los golpes que me ha dado la vida que por los moretones que me dejaban las peleas a puño limpio contigo.



Es hora de prender un fósforo para disfrazar el olor, siendo sincero ni yo me lo soporto, el tequila con el ron crean desechos tóxicos en mi organismo será mejor evitarlos. El cronograma de la cagada sigue su curso con normalidad, en la radio que siempre pongo cuando estoy en el baño se oye con dificultad un clásico del cacique, mientras me amarro el pantalón me pregunto por qué mi celebro se inspira en el inodoro y no cuando estoy estudiando en la universidad, será que me va a tocar llevarme uno portátil a clase.



Mientras lavo mis manos me veo fijamente en el espejo, pringo mi cara con agua y digo entre dientes tras un largo suspiro”Ya son 21 ruedas men, 21, tú por tú camino yo por el mío, tú seguro comiendo torta en Miami yo cagando en mi baño amarillo en Colombia, estamos en la mejor edad de nuestras vidas”. El futuro promete y yo le creo, me dice que pronto nos dejaran de prohibir los abrazos y que vendrás al país del sagrado corazón o yo iré a la casa del tío Sam”.

viernes, 3 de agosto de 2007

DÉJATE ELEVAR



Tu no quieres volar, tu piensas mucho tus pasos, desconfías otro
poco...entonces, ¿qué hacer?, Zafa tus lazos, camina de mi mano, no mires atrás, abre bien tus alas. Déjate elevar…
Daniel Bacca 07

PENSÉ EN TÍ Y VOMITE ESTO…

Si por mis venas corriera petróleo, mi corazón seria una bomba Texaco, mis manos alcancías y mi cerebro seguro sería Bush.

Pisaría sobre países bajos, orinaría tecnología, defecaría tercermundistas, me limpiaría con dólares y escribiría mis cartas de amor sobre pulcros euros.

Comería monedas, bebería gasolina y me trabaría con marihuana. Expulsaría balas por mí boca, eructaría muertos y transpiraría poder.

Viviría en un mundo sin mañana, en un presente sin futuro, en un egocentrismo total. Simplemente viviría muerto…

-Dedicado con afecto a George W Bush-

miércoles, 20 de junio de 2007

LA BATALLA DEL SOL



Comienza el día, nace el sol y con su resplandor derrite poco a poco los recuerdos que dejó luna después de la travesía nocturna. El tiempo corre un minuto tras otro, segundo a segundo, Tic! Tac! Tic! Tac! todo ocurre con una sincronía perfecta que no puede ser detenida ni por el ejército más poderoso del mundo. Los destellos del oro que expide el nacimiento del sol, bañan poco a poco a los habitantes del planeta quienes se preparan para enfrentar un nuevo día.

Empieza a transcurrir la jornada, el cielo le presta su inmensidad al sol para que pueda desarrollar su ciclo de vital. Al llegar las doce, se encuentra en la etapa más fuerte y vigorosa, los colores brotan con fuerza llenando de un poderoso color sol todo lo que está a su alcance, no hay ser vivo que no se alegre cuando siente su poderío en la cúspide, al llegar este momento el color de la vegetación y los animales se despierta, es como si se vistieran de gala usando su mejor prenda.

El día transcurre y luego de unas horas, como todos saben, su recorrido lo va marchitando, el vivo color va siendo apaciguando y transformado hasta que muere sin tener oportunidad de cambiar su destino, ya todo esta escrito, ya todo esta dicho, no hay nada que pueda hacer cambiar ese inevitable fallecimiento, el sol muere sin aparente razón alguna




Lo hermoso de esta lucha que vive el sol día tras día, es ver que con su último suspiro hace brotar colores rojizos que se entrelazan con el azul del cielo, dejando inmensidad de sensaciones en los corazones de los pocos espectadores que hacen un alto en el camino para observar tan majestuoso espectáculo. Parece que por los ojos entra una sensación de paz interior, que los latidos del corazón se detuvieran por un instante, el cuerpo se relajara por completo y la mente inexorablemente hiciera conexión con el alma… con la esencia misma del ser… el único y exclusivo paisaje interior que se vuelve uno con lo que te rodea.


Daniel Bacca. 20 de junio 2007.