“BI”
“BI”
Por: Daniel Bacca.
“Las luces del comedor estaban a media hasta, era de esos swiches con los que se puede graduar la intensidad de la luz. Estábamos de pie, yo la veía y ella me veía, era una escena única, aunque no hablábamos en mi interior tenía claro que ese era el momento, por fin estaba empezando a conocer el verdadero amor. Poco a poco nos acercamos y dentro de mí nacía un arco iris de sentimientos, dejé que todo fluyera y antes que pudiera notarlo, había renacido, me había dado mi primer beso”.
Fulana de Tal tenía un vestido amarillo, uñas de color azul eléctrico y el pelo corto. Su edad es irrelevante, pero podía oscilar entre unos 19 a 22 años. Estábamos en la terraza de un café tomando un capuchino, intentaba acomodarse de la misma forma que un noctámbulo se mueve en la cama intentando conciliar el sueño, al final decidió subir los pies a la silla logrando calmar sus movimientos.
“Dos cigarros por favor, que sean marlboro” le pedió a un vendedor ambulante que pasaba cerca de la mesa. Algo temerosa, decidió tomar impulso y hundirle play a su lengua para que desahogara su vida en el transcurso de la conversación.
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Al hablar con su madre, la señora de Tal, la define como una mujer inteligente, linda y supremamente fuerte, aparte de eso, no proporciona más información, la intuyo algo sigilosa a la hora de dar un concepto de su “niña”. En alguna entrevista pasada Fulana me confesó no haber sido una mujer agradecida con su madre, más aún en la difícil época de la adolescencia: “recuerdo la vez que me compró un jean Diesel, costaba $300.000 y ella en ese momento no tenía esa plata. Le grité de una forma tan despectiva dentro del almacén que hizo hasta lo imposible para comprármelo”. En sus palabras se notaba el desgano de una guerra pérdida, luego de un largo suspiro puntualiza diciendo: “Yo en esta vida he sido una hp”.
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Su ex es una persona estructurada y trabajadora, ahora mantiene una relación estable con otra persona pero recuerda a escondidas a Fulana. En pocas palabras la define como la mujer que le enseñó la belleza de caminar por las noches, fue en su vida el erotismo más no la genitalidad, fue una chispa de ingenuidad, fue en su vida el color y todo sus matices.
Para Fulana su ex fue su todo, “fue como un tren que me pasó por encima sin darme cuanta en que momento”. Después de la relación, asegura haber empezado un proceso de maduración, aunque antes había tenido varías relaciones esta si la había llenado por completo. “Ya llevo algún tiempo de haber terminado, desde ese momento he empezado a conocerme más en procura de llenar todos los vacíos que me dejó su ausencia”.
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Era interesante ver como relajaba aunque no por completo los músculos de su cuerpo. Los tragos de café y las inaladas de Marlboro hacían que se aflojara y hablara con más confianza. “No me gusta el alcohol de amucho, a lo que le estoy jalando ahora es a la marihuana, y la verdad si me gusta full”.
Jugaba con el segundo cigarro posándolo a veces en sus dedos y a veces en su boca pero sin encenderlo, con una seña pedía otro capuchino, me pregunta si quería otro y antes que contestara me interrumpe y empieza a hablar de su “primera traba”.
Ella estaba con varios amigos, todos eran “abiertamente coletos”, por su parte la curiosidad la acechaba y se prometió que de esa noche no pasaba. Esa traba ella la divide en dos etapas. En la primera todos sus juicios de valor, todos sus miedos y todas las voces de su cabeza fueron abatidas por un torbellino de euforia. De fondo se escuchaba la agrupación “The Red Hot Chili Peppers”, al comienzo su sensibilidad se agudizó haciendo que la música retumbara con más talante en su cabeza. Cada uno se sintió como uno de los integrantes de la banda, Fulana era la baterista, otro el bajista, otro el guitarrista y así, luego intercambiaban de instrumento. En la segunda etapa el incesante torbellino se convirtió en un sereno soplido lleno de serenidad, era la calma después de la tempestad, un relax absoluto invadía su cuerpo creándole un estado de supremo bienestar.
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Ahora enciende el trajinado cigarro y dice: “yo sería feliz estudiando a la mujer. Para mi es el ser mas perfecto y esplendido de la creación”.
Fulana asegura haber durado horas y horas dedicada solamente a observar a su ex cuando estaban las dos pasando una tarde juntas. En su conversar explica su pensamiento acerca del amor, para ella, el amor no tiene genitales, es puro, va más allá del sexo. Ha tenido relaciones sentimentales con un “él” y con una “ella”, no descarta ninguno de los dos géneros, pero asegura que con una “ellas” conoció el verdadero amor.
La entrevista se convirtió por ratos en una amena conversación, hasta que recordaba en momentos que no estaba hablando con un amigo si no con un periodista. Después de un silencio no muy largo comentó: “Que una mujer tenga la capacidad de engendrar vida, me lleva a admirarlas, a sentirme orgullosa de ser una”, y si es así –pregunté- ¿cómo te pintas en 15 años; con hijos? “Sí, es mi mayor anhelo, tener hijos” y si es así como piensas hacerlo, “no sé, pero si llego a tenerlos y vivo con una mujer le buscaré una figura masculina, es fundamental”, ¿Por qué lo dices? “Porque yo no tuve un papá en la casa y creo que eso me hizo mucha falta”, ¿Podrías pensar qué tu inclinación gay puede haber engendrado sus bases en esa ausencia? “sí de eso tengo la plena seguridad”.
Fulana detesta que por que es bisexual la tilden de promiscua o “chica facil”, “mucha gente se acerca a mi creyendo que puede lograr sobrepasarse conmigo por mi condición gay. La gente tiene que aprender a diferenciar”.
Para ella ser gay es una característica, no un defecto, esto en Colombia es lago difícil de entender. Este país que se declara a viva voz democrático, apenas el incurrir en actos homosexuales dejó de ser algo prohibido desde que entró en vigencia el Decreto 100 en 1980. Este tema en el papel pinta muy interesantes, por ejemplo la constitución del 1991 incluye el derecho a la igualdad, el principio constitucional del pluralismo y el derecho al libre desarrollo de la personalidad pero solo hasta el 11 de octubre del 2006 se votó en el senado un proyecto de ley sobre el reconocimiento de los derechos patrimoniales a las parejas del mismo sexo. Lo cierto es que luego de esta ley en el país se le ha cedido un poco más de espacio a esta parte de la población colombiana ojala que la tolerancia en las calles también valla en aumento.
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Una amiga de Fulana me comentó que es una mujer con la que se puede hablar horas y horas y siempre se pasa muy agradable. Ella es una mujer heterosexual que asegura que lo que la hace tan buena amiga es que con ella se pueden hablar de temas que con otras mujeres no se pueden. “Su forma de mirar la vida es distinta, siempre observa las situaciones desde distintos puntos de vista”.
Fulana piensa que por alguna extraña razón ella se quedó en la etapa del “por qué”, esa a la que se enfrentan los niños en determinado lapso de la infancia. “Todo lo pregunto, si mis amigas o amigos me vienen a contar algo de sus vidas yo siempre les pregunto, por qué hiciste eso, por que pensaste aquello, porque dijiste eso. Creo que gracias a eso he logrado ayudar a muchos de mis amigos y en oportunidades a mi misma me ha servido para entender el enjambre de situaciones que rodean mi vida”.
Se tomó el último sorbo del segundo capuchino, era jueves, el comienzo del fin de semana así que mientras conversábamos su teléfono celular no dejaba de sonar, permanentemente la llamaba gente para invitarla a salir. Di por terminada la entrevista y la mujer de uñas escandalosas se despedía asegurando que sabía cosas que ni sus más cercanos amigos sospechaban.